BIOGRAFÍA

En la obra de Luis García Gil (Cádiz, 1974) conviven de manera absolutamente personal literatura, cine y canción de autor. En el ámbito de la canción ha publicado Serrat, cantares y huellas, Serrat y Sabina a vista de pájaro, Jacques Brel, una canción desesperada, Javier Ruibal, más al sur de la quimera y Joan Isaac, bandera negra al cor. Su amor al cine ha dado como fruto el libro François Truffaut publicado por Cátedra y el guión y producción del documental En medio de las olas dedicado a su padre el poeta José Manuel García Gómez. También ha producido el documental Vivir en Gonzalo que ha dirigido Pepe Freire y en el que se profundiza en la obra de Gonzalo García Pelayo. Como poeta es autor de La pared íntima, Al cerrar los ojos y Las gafas de Allen. Es autor además del libro José Manuel García Gómez, un poeta en medio de las olas.




martes, 13 de mayo de 2014

SILVIA PÉREZ CRUZ CANTA A MIGUEL HERNÁNDEZ



Escucho granada, enorme disco de versiones personalísimas que debemos a Silvia Pérez Cruz y a Raúl Fernández cuyo nombre asociamos inmediatamente a Refree en donde ha desarrollado una serie de experiencias musicales ciertamente interesantes. Me acuerdo de Silvia llegando discreta y callada a la presentación de  mi libro Serrat, cantares y huellas en Barcelona. Yo era consciente que aquella voz impactante iba a seguir creciendo hasta convertirse en lo que ahora es una absoluta referencia de la música que se hace en este país que es suma de países, identidades y culturas. De todas esas culturas -y de otras muchas- bebe la talentosa Silvia Pérez Cruz que deslumbró al mismísimo Joan Manuel Serrat aquella tarde memorable en la Casa del Libro ubicada en la Rambla de Catalunya. 

Uno escucha granada y tiembla de emoción con tanta versión deslumbrante. Cuando alguien canta así se apropia del repertorio escogido, le otorga una dimensión nueva, palpitante. En Las gafas de Allen le dediqué un poema que no sé si llegará a leer porque quizá no vuelva a tener a Silvia tan cerca como en aquella presentación barcelonesa. Se titulaba "La voz de Silvia" y uno pensaba en Calella, la misma Calella cuya ribera recreaba Salvador Pániker en su libro Diario de otoño que debe leerse a pequeños sorbos como un gran tratado vital.

Silvia canta y conmueve. Incluso le perdonamos algún fallo de vocalización en su versión de la "Elegía a Ramón Sijé" (titulada  en los créditos "Compañero") de Miguel Hernández. Aquí ha tomado como referencia la admirable versión del poema que hizo Enrique Morente en su disco Despegando, obra muy importante en la propia evolución del cantaor granadino. No entiendo que Elsa Fernández Santos en su excelente reportaje sobre granada en El País eluda la procedencia poética de esta pieza y no asome en ningún momento de su texto el nombre de Miguel Hernández, autor de esa elegía conmovedora, cumbre de la lírica española contemporánea. El poeta del romancero y cancionero de ausencias duele en la voz de terciopelo de Silvia Pérez Cruz. Sin su texto no habría adaptación posible de Morente. Por eso hay que citarlo, ahora y siempre, como a Lorca cuya poesía se encuentra con Leonard Cohen y posibilita joyas como "Pequeño vals vienés" que también cantó Morente y que Silvia y Raúl bordan.  

Lo de Silvia Pérez Cruz es un prodigio de la naturaleza. Su voz viene de lejos y mediterráneamente abraza la habanera, se cobija en la copla y se adentra en los misterios del alma, en los rincones del sueño donde aletean pájaros y sones, madrugadas y abismos. Con granada no ofrece un simple disco de versiones. Es mucho más que eso. Basta escuchar "Abril 74" de Lluis Llach para advertir que de las canciones ajenas tiene el don de apoderarse, de conferirles una nueva identidad, un giro inesperado. Algún día le contaré a mi hija que una tarde Silvia vino a cantarle "Pare" a Serrat mientras su padre presentaba un libro en Barcelona. No es algo que suceda todos los días.